El Bullense Juvenil se recuperó de su tropiezo en Santomera y le ganó 3-1 a Cieza en el Nicolás de las peñas, con un Francisco letal y un enorme trabajo del equipo. El piberío de Campoy va a por más.
Todavía escocía la derrota de la primera jornada, en ese segundo tiempo negro de Santomera. Pero éstos muchachos tienen el sello de su técnico: Encajo el golpe y me preparo a conciencia para recuperarme rápido.
Y vaya si llegó rápido. Apenas unos minutos necesitó Francisco para su primer acto: Se sacó de encima a su marcador, enganchó hacia adentro y sacó un latigazo abajo, imposible para el arquero.
Es evidente que cuando éstos muchachos andan lúcidos alcanzan un nivel muy competitivo. No hay más que verlo a Miguel: Debe ser uno de los delanteros con menor estatura del campeonato, y sin embargo es un perro de presa: corre, lucha, presiona y muerde hasta que la pelota termina en el fondo de las redes.
Ayer, además, contó con la presencia de Antonio en el once, y cómo cambia la ecuación éste muchacho en la cancha! Entre él y Francisco trajeron de cabeza a una zaga rival que apenas hizo pie a lo largo del partido. Enganche por acá, amago por allá, hasta el jovencísimo y ligerísimo Antonio Egea sacó a relucir sus artes con la pelota.
Atrás, la retaguardia sólida a la que nos tiene acostumbrados éste equipo. Si Ginés y Paco están bien, la muralla es casi infranqueable. Y decimos casi porque un mínimo despiste sobre el final le costó el descuento del Cieza.
Hoja en limpio. Superada la derrota del debut y con tres puntos en la cartera, ahora toca Pliego, donde hace poco se goleó al dueño de casa. Éste Bullense esta vivito y coleando.