Al Bullense se le escurrió de las manos lo que era una trabajadísima victoria ante los juveniles del UCAM. El debutante Piqueras adelantó a los rojiblancos y una genialidad de los universitarios igualó un discreto partido en el Nicolás de las Peñas.
La masticaba, la degustaba, la saboreaba, y cuando quiso tragar se quedó con el festejo en la garganta. Y es que el Bullense le estaba ganando cómodo a los juveniles del UCAM gracias al gol del debutante Antonio Piqueras, el último refuerzo que sumó el cuadro rojiblanco en ésta intensa pretemporada.
Ojo, nada fue fácil para los muchachos de Mapeka, que si bien nunca pasaron apuros, le dieron el control del juego a los universitarios durante toda la segunda etapa, conscientes de que hoy por hoy es la fortaleza defensiva su arma más eficaz.
En la etapa inicial sí se pudo ver al Bullense que quiere jugar y que quiere atacar, merodeando el área por ambos costados, haciéndose fuerte en el medio y manteniendo a raya a su rival. ¿Qué faltó? Menos conducción en zonas pobladas y más PUNCH. Éste Bullense carece hasta hoy de pegada y volvió a mostrar esa falencia en la fresca tarde noche del Nicolás de las peñas. Hoy le costó un fastidioso empate en la última del partido, mérito del rival (nobleza obliga) que hizo un golazo al ángulo zurdo de Ginés, que nada pudo hacer.
La nota más positiva fue, sin duda, la rápida integración de Piqueras, éste Joven delantero de 19 años al que desde éste humilde espacio ya lo hemos adoptado como «La Cobra»: en su primera práctica (ayer) convirtió en gol todo lo que tocó, y hoy le bastó una clara para picar, casi, mortalmente.
El sabor agridulce del empate final tiene aderezo muy pronto: UCAM Beniaján mañana, misma hora mismo lugar.
