En un contexto muy complicado, el Bullense Juvenil cayó sin atenuantes ante un Plus Ultra que pegó rápido y después jugó a placer, aprovechando las dimensiones del Llano de Brujas. Fue 3-0.
Se presumía harto complicado y vaya si lo fue. Plus Ultra y Bullense chocaron ésta noche, en el adelanto de la fecha que supuso un terrible inconveniente para el conjunto rojiblanco: (Jugar un miércoles a las nueve de la noche, tan lejos, y en una cancha que es dos veces el Nicolás).
Para colmo, el Plus Ultra se adelantó en los primeros compases y eso le facilitó la tarea para hacerse dueño de la pelota, dominar la mitad de cancha y hacer correr y correr a los de Campoy, que acusaron las interminables dimensiones del Llano de Brujas y nunca lograron lastimar por los costados.
En la mitad de cancha, zona negada. Egea apenas entró en juego y los costados tuvieron demasiado trabajo a sus espaldas como para lastimar arriba. Apenas algún acercamiento de Miguel, más por rebeldía que por juego, y del «Panzer» Fran, hoy de poquísima participación.
El 0-1 daba aire al Bullense pero duró poco. Los locales pronto empezaron a bombear el área de un Sergio Fernández que apenas hizo pie en su debut. El 2-0, en plena tromba de los locales, le abrió las puertas de la victoria a un Plus Ultra que se gustó para seguir atacando y conseguir el tercer gol, el definitivo.
Campoy, muy molesto con el arbitraje, se fue masticando bronca por una derrota que le corta la buena dinámica que traía. Seguro que también hay enfado por el desorden de fechas pactadas para éste partido que terminaron en un Miércoles noche, demasiado parcial a mi entender para el conjunto local.
Una noche de brujas. Una noche de terror. Una noche para olvidar y mirar hacia adelante.