La dinámica de lo impensado

El Bullense se traía una victoria muy trabajada ante el colista, pero Calasparra le apagó la euforia en los instantes finales y lo dejó masticando bronca. Esencia de Fútbol en su máxima expresión.

«El fútbol es la dinámica de lo impensado» decía el periodista y escritor argentino Dante Panzeri. Es ahí donde reside el magnetismo de éste deporte, la atracción, la seducción insalvable.

Tanto es así que en un partido donde se enfrenta un equipo, a priori, muy superior, frente a otro, en teoría, inferior, el resultado será el que la lógica impone no?

Pero, lógica? En el fútbol? Desde cuándo? En la soleada tarde de Calasparra todo teorema sobre superioridades se fue al traste, como se van los vaticinios de los astrólogos o de las brujas de línea telefónica.

El equipo dirigido por Mapeka llegó a la Caverina con la intención de no perderle pisada a los primeros puestos de la tabla. Enfrente, Calasparra, el colista. ¡Cuán traicioneros pueden ser los estadistas! Y es que jugar contra un animal herido, por más debilitado que esté, acarrea una enorme responsabilidad: Jugados al nada que perder y todo por ganar, y con el marcador adverso, siempre le quedaran fuerzas para una última embestida, un último retazo de orgullo.

Y para colmo fue Calasparra quien tomó ventaja, tras una serie de carambolas en el área que finalizaron con la pelota en el fondo del arco. Incredulidad en las caras de los rojiblancos, incapaces de domar a un Calasparra poco estético pero incansablemente peleador.

La mano de Mapeka para el segundo tiempo pareció torcer la historia: Eloy tomó la batuta, Justin entró encendido, Sergio Alcaraz encontró socios, y así el Bullense empezó a ser. Primero con el golazo de «Juguete» Alcaraz, que recibió un centro de Palazón en la puerta del área y se sacó una volea tremenda para poner las tablas en el marcador. Cambió la dinámica ese gol, porque el Bullense se liberó, soltó amarres y se fue en busca de la victoria.

Y esa dinámica de lo impensado giró en favor de los rojiblancos, más exactamente en los pies de Enri Gómez. «Gambetita» recibió una peinada de Justin que lo dejó frente al arquero y no dudó: cacheteada al palo largo del arquero y a cobrar. Era el 1-2.

Pero Calasparra no desfalleció. Lejos de caer en el pesimismo, aprovechó la inestabilidad del tablero dispuesto por Mapeka y fue encerrando a su rival en su propio terreno. Sin el «Pulpo» Molina en mitad de cancha, sin la alternativa de Palazón en el costado, sustituido por Fernando López (a pierna cambiada y de corte mucho más defensivo), el Bullense retrocedió, por activa y por pasiva. Fue entonces cuando Calasparra recogió el guante y, aún sin grandes recursos, volcó la cancha a su favor.

Un riesgo que se pagó caro: Córner para Calasparra, público enfervorizado, Ismael superado y a cobrar: 2-2 y la locura desatada por los locales, que amarraron un punto que supo a gloria.

Justo o injusto, con más o menos acierto, el reparto de puntos hizo justicia y dejó a un equipo felizmente reforzado y a otro con cara de pocos amigos. Y es que las dinámicas, queridos lectores, pueden ensalzarte a los altares de la alegría como pueden arrojarte a los pozos del desencanto.

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El once inicial en Calasparra: Arriba, de izq a der: Alejandro Platas, Aitor Gil, José Sánchez, Alí Lugula, Ismael Molina y Ginés Guzmán. Abajo, de izq a der: Kike Soriano, Jesús Palazón, Enri Gómez, Sergio Alcaraz y Rubén Montoya.
Gran entrada en La Caverina, como es habitual en cada clásico. La gente apretó como siempre y terminó siendo el jugador número 12.
Platas remata alto, en una de las primeras acciones del partido.
Enri Gómez maldice su suerte en su primera intervención cerca del arco de Calasparra.
Carambola de factores para el 1-0: horrores defensivos, una carambola, pelota que queda muerta y a cobrar. Demasiado fácil para Calasparra.
«Juguete» Alcaraz intenta hacer jugar a su equipo, que busca sobreponerse rápido al gol de los locales.
El técnico rojiblanco, con gesto adusto en una primera parte que lo tuvo a maltraer.
Calasparra quiere hacer mella y aprovechar el desconcierto de los rojiblancos. Les faltó calma y les sobró ímpetu.
De los pocos que se animan a gambetear, siempre hacia adelante. Enri Gómez fue de lo mejor que tuvo el cuadro de Mapeka.
Kike Soriano la lucha en las alturas. Al ex-Muleño le toca asumir su rol en el ataque rojiblanco.
Ali tuvo ésta ocasión para abrir el marcador. El roce en el cuerpo del rival le negó su primer gol con la camiseta del Bullense.
Duelo en las alturas, donde Alí no pudo hacerse dueño. El africano fue sustituido en el descanso.
Otra clara de Calasparra en el cierre del primer tiempo, donde Ginés estuvo muy solicitado.
Justin ingresó en el complemento y se hizo notar rápido. Aquí, en la previa del empate: Cabezazo que escupe la cruceta. Segundos después llegará el primero.
Tras el remate al travesaño, Eloy toca a Palazón. Éste centra y «Juguete», sin dejarla picar, la empalma al fondo del arco. Golazo y 1-1.
Choto buscando profundizar. El Bullense tuvo unos minutos donde pudo definir la historia.
Poquito de Calasparra en la creación, salvo cuando la agarraba su 10, una de las figuras del partido.
Justin en acción. Algunas bien, otras no tanto, pero el indonesio no para un segundo y siempre obliga al rival.
Genial Alcaraz, que empezó a desquiciar a sus marcadores y elevó el nivel de juego de su equipo.
Justin la peina y la pelota encuentra a Enri Gómez sólo ante el meta. Definición categórica del 10 rojiblanco.
Cuando la tiene el 22 se paran los corazones. Son los mejores minutos del Bullense, donde pudo definir la historia.
Se cladea el ambiente. Pocos minutos después Palazón será sustituído y su ausencia jugará a favor de los locales.
Ginés empieza a apagar fuegos. El arquero tuvo tarea extra, como pocas veces en éste torneo.
El «Tigre» Valera intentó aportar su energía y movilidad, pero apenas lució en unos minutos difíciles para el Bullense.
Sin el «Pulpo» Molina la mitad de cancha es zona liberada. Bien lo saben en Calasparra, que empieza a arrinconar a los rojiblancos.
Y tanto va el cántaro a la fuente…Córner en los minutos finales. Se pierden las marcas y el capitán de los locales cabecea a placer. Sorpresa y desazón.
Alcaraz no se lo puede creer. Enri y Eloy menos. Se escapan dos puntos de forma increíble.
Justin es la viva imagen de lo que significó el empate para los rojiblancos. Otra victoria arrebatada en los minutos finales.