La Dana bodeguera

Una mañana para el olvido la del Juvenil Rojiblanco: Jumilla lo arrasó con un tremendo 6-1 y lo dejó lleno de preguntas. Fin a la buena racha y a la dinámica positiva de un equipo capaz de lo mejor y de lo peor.

Una derrota para olvidar? Una derrota para reflexionar! ¿Por qué un equipo que viene en alza se pega semejante golpazo? Fue 6-1, y ante semejante resultado hay poco que justificar y mucho que repensar.

Traía una buena dinámica el equipo de Campoy, manteniendo la valla invicta en las últimas fechas y sumando puntos hasta quedar a cinco de la punta del campeonato. Todo fue demolido, por aciertos del Jumilla y por groseros errores de los rojiblancos.

Y es que el Bullense sólo tuvo un recurso para salir, y fue iniciar con Ginés Espín o Javi Fernández para buscar en largo a sus delanteros y pescar alguna segunda jugada. Poco más. Así, el Jumilla supo como plantear el partido sin necesidad de romperse el coco.

Hubo vida mientras el marcador todavía latía. No por juego, porque el Bullense adoleció del mismo en todo momento y fue incapaz de crear una mínima sociedad que diera alas al equipo. Hubo vida porque el Jumilla demoró en rematar el asunto.

¿Donde quedaron los nutrientes del conjunto rojiblanco? Vicente? En su eterno laberinto de protestas y expulsiones. El «marciano» Egea? envuelto en tareas defensivas y sin chance de jugar. Antonio Sánchez? Allá en la banda, como llanero solitario yendo hacia adelante y chocándose con la aplicada defensa rival. Miguel Espín? Nervioso y fuera del partido. Kiko y Nico Bastida? Con la pólvora apagada y un picnic a sus espaldas. Así no hay cuerpo que resista. Así fue como el Jumilla, en un arreón, le llenó la canasta de goles y selló una dolorosa goleada.

No es el fín de nada, ni mucho menos. En una semana se viene otro vecino en horas bajas, Calasparra. Será una chance propicia para reparar los daños de una Dana Bodeguera que no dejó supervivientes, o si?

 

El once de ésta tarde: Arriba, de izq a der: Salva, Fran Valera, Ginés Espín, Javi Fernández, Antonio Sánchez y José Vivo. Abajo, de izq a der: Miguel Espín, Nico Bastida, Kiko, Egea y Vicente Jiménez.
No terminó de acomodarse la gente en la grada y el Jumilla ya le robaba la cartera a todo el fondo rojiblanco.
Reaccionó el Bullense al golpe, en lo que fueron los mejores (y únicos) minutos del equipo en todo el partido.
Miguel Espín tuvo una mañana para olvidar. Nunca pudo entrar en juego y en el complemento cayó en el desquicio general. Casi se va expulsado.
Poco pudo producir un Egea sobreatareado en labores defensivas. El Marciano cayó en la dinámica del equipo y cerró un pobre partido.
Fran trató de sobresalir pero tampoco tuvo su día, en sintonía con el resto de sus compañeros.
Muchas facilidades regaló el fondo rojiblanco, y el Jumilla no desaprovechó la sangría.
Falta afuera del área que Vivo nunca llegará. Era el tercero y el principio del fin.
Campoy masticó bronca durante todo el partido y se fue preocupado después de ver el derrumbe de su equipo en el complemento.
Jumilla por un lado, Kiko por el otro. El «Cañoncito» fue otro que estuve muy por debajo de su nivel y el equipo lo pagó.
Vicente y otro partido para olvidar. Estéril en el juego y otra expulsión. Se perderá el choque ante Calasparra.
Le tocó el peor escenario a Gumer, que acusó su falta de rodaje y sufrió con cada ataque de Jumilla.
Nico Bastida en la marca. Sufrió durante todo el partido y se vio superado siempre.
Jumilla liquida la historia. Arrancada, defensa desarmada y fusilamiento a Vivo. Así hasta seis veces. A reflexionar Muchachos.