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Impecable performance del Juvenil rojiblanco. Ajustó cuentas con Santomera y lo goleó por 6-1, remontando primero y mostrando todo su potencial ofensivo. Un triunfo demoledor para un reinicio alentador.
¡Qué espectáculo muchachos! Finalmente llegó el día donde el piberío rojiblanco mostró todo su potencial y el resultado fue igual de formidable: 6-1 a todo un Santomera.
Y es que a los pupilos de Campoy se les resistía una actuación como la de ayer, sobre todo porque (Y lo hemos mencionado infinidad de veces) éste plantel goza de excelentes jugadores en todas las líneas, tan excelentes como para animarse a luchar por el podio de la Primera Juvenil. Para prueba, ésta colosal goleada.
Nos hemos acostumbrado a ver a los pibes ganando en el Nicolás de las peñas, y eso es un dato que no puede ignorarse. Si algo ha probado ésta ruda competición juvenil es que cualquiera le gana a cualquiera, y que no hay feudo irreductible. Bien lo saben Campoy y Juanan, que han logrado hacer del Nicolás un fortín, pero que sufren (A veces en exceso) cuando toca salir de la zona de confort.
Analizando éste arranque de la segunda vuelta, y viendo que el equipo goza de buena salud, uno puede ser optimista y pensar que ésta solidez se va a mantener a lo largo de ésta segunda vuelta, si los imponderables futboleros lo permiten, por supuesto. Será esa instancia la que marque el devenir de un equipo resuelto a dar pelea.
Campoy puso en liza un equipo que invitaba a ser positivo, pero el primer síntoma fue el habitual: Gol en contra en el inicio del partido. ¡Qué maldición tenemos con éste factor, y sin embargo santo remedio! Ese gol fue un ON en el equipo, que se sacó las lagañas y se puso a jugar.
Y en esa iniciativa de ponerse a jugar, aparecieron los intérpretes adecuados y en su versión deluxe: Salva Hernández asumió su papel a la perfección. Ginés y Paco Jiménez, impenetrables. Kiko…¡Qué tremendo jugador va a ser éste muchacho! Fuerte, generoso en el esfuerzo, asistiendo arriba y cerrando abajo, un cañón. Y delante de ellos, un Javi Fernández en plena mutación, de Cabo primero a Comandante en jefe.
Pero la clave de la victoria estuvo, sin dudas, en la zona creativa y ofensiva, que al fin le mostró a toda la visera rojiblanca la calidad que atesora.
Brillante regreso de Vicente. Y decimos regreso porque al fin empieza a verse el jugador criterioso y laburante que conocemos. A su lado un «Marciano» Egea, cada día más imprescindible en el ensamblaje rojiblanco, al igual que Fernando Gea, cuyo rol no es el más vistoso y sin embargo es vital para equilibrar y conectar la línea media con el ataque.
Y ése ataque vivió un día grande, porque Miguel Espín dejó atrás su rol secundario: Se sabe importante y juega como tal. Otros dos goles, con definiciones de mucha categoría que testifican su gran momento.
Mención aparte para Fran Valera. ¡Qué tanque goleador tenemos en Bullas, mamita querida! El «Panzer» rojiblanco se recibió con un hat trick de esos que quedan en la memoria: Primero mostró frialdad y oficio para definir en dos mano a mano, y después se sacó de la galera un globito bárbaro ante la salida del arquero para cerrar su impecable actuación.
Tiene ángel éste equipo, que en positivo es capaz de lo mejor, y eso contagia incluso a los menos habituales como José Andrés Martínez, que se dio el gusto de cerrar la goleada, evidenciando el gran trabajo de un cuerpo técnico hábil para mantener la tensión en el plantel.
Fue del Bullense por demolición. Le devolvió el «favor» de la 1º jornada a su rival, y le mostró a su gente que, con su objetivo prácticamente conseguido, será un peligroso rival para todo el que pise Bullas. ¿Y Afuera? Allá vamos…