Se terminó Dubai

El Bala Azul puso fin a la extraordinaria racha del Bullense y lo derrotó por 2-0. Los de Mapeka fueron un juguete en manos de un rival voraz que le desnudó sus debilidades. Es hora de mirarse el ombligo y reflexionar.

Se terminó Dubai y volvimos a bajar a tierra, exactamente al verde césped del Playasol, donde Bala Azul nos ganó bien, exponiendo las falencias que ya acusamos en otros partidos.

¿Fue justo el resultado? . ¿Merecimos algo más? No. ¿Enturbia ésta derrota el presente del equipo? En absoluto.

Nos mal acostumbró éste equipo, con una marcha inmaculada que, si bien evidencia una merma en su nivel de juego y goles, se mantuvo siempre en el podio liguero, alternando el liderato con Racing y Abarán.

Nos mal acostumbró Piqueras, cuya sombra no ha podido aún ser cubierta por aquellos a los que se le encomendó tamaña tarea, como Kike Soriano o Enri, hombres de grandes cualidades pero carentes de olfato asesino.

Nos mal acostumbró Mapeka, que nos mantuvo invictos durante la friolera de 26 partidos, escribiendo una de las páginas más emblemáticas de nuestra longeva historia. No es poca cosa. Será el tiempo quien encumbre tamaño logro.

Nos mal acostumbró Dubai, porque eso fue lo que vivimos hasta ayer, un equipo brillante de cabo a rabo, con un arquero en estado de gracia, Zamora desde la primera jornada. Una defensa sabia, elegante, viva. Una mitad de cancha virtuosa, con hombres como Eloy Jiménez o Sergio Alcaráz, y un ataque con dos etapas de distinto perfil: La primera con un matador nato como Piqueras, y la segunda con austeridad de gol, pero maquillada por los goles, siempre lindos y definitorios, de «Juguete» o Enri Gómez.

Todo ello confabulado por la ecléctica mente de José Mapeka, que prometió un equipo protagonista y vaya si cumplió. ¿O acaso alguien presagiaba éste presente en Agosto?

Y tanto nos acostumbramos al buen tiempo buena cara que, en una hermosa mañana de otoño, El Bala azul nos pintó la cara y nos devolvió a la realidad, tantas veces alertada por el DT rojiblanco, de que en ésta Preferente tanto se le gana a cualquiera como te gana el menos esperado.

Ganó bien Bala Azul, que si bien se benefició del gol (Golazo incluso) en contra de Aitor, fue siempre más incisivo, mas belicoso que su anodino rival, y tuvo la virtud de rematarlo en su tambaleo táctico: Cambios de nombres y posiciones abrieron una brecha por donde fluyó el ataque local para poner el segundo: Pase cruzado y remate de El Habibe para empezar a definir la historia.

Claro, restaba una vida, pero fue entonces y a lo largo de todo el segundo tiempo donde se vio un Bullense errático y previsible, que contrastaba con un Bala Azul vehemente y ambicioso, virtudes características que nos han traído hasta acá y que venimos echando en falta en las últimas jornadas.

Hoy, ya sin la mochila de invicto y del papel de puntero, sin Dubai, nos bajaron a tierra, con la suerte que se abre un inmenso camino ante nosotros: El de sacarse la careta de candidato, el de volver a las fuentes, el de no enceguecerse con los flashes del éxito fugaz, el de querer más, el de luchar más, pero por sobre todos ellos, el de jugar más, porque es el fútbol en las botas de Palazón, Eloy, Enri o Alcaraz entre otros, con la personalidad de hombres como Jose Sánchez, Maylan, Ginés Guzmán o Ismael, donde reside nuestro Dubai particular, el que devolvió la gente a la visera del Nicolás y la ilusión a nuestros corazones.

«…No me falles, yo nunca te he fallado…»

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Ginés Guzmán y José Vivo trabajan sobre el irregular cesped del Playasol.
El aplauso de bienvenida, la comunión entre jugadores y afición, que se hicieron presentes en el Playasol.
Los once de Mapeka: Arriba, de izq a der: Alí Lugula, Alejandro Platas, Maylan(C), José Sánchez, Aitor Gil y Ginés Guzmán. Abajo, de izq a der: Ismael Molina, Eloy Jiménez, Sergio Alcaraz, Jesús Palazón y Enri Gómez.
Primeros minutos de partido y el Bullense que empieza a dominar. Palazón, en el saque de banda.
Platas levanta un centro ante la marca del rival. El Bullense estuvo lúcido en los primeros compases.
El Habibe retrasa ante la presión de Eloy. El delantero tendrá el papel estelar de la tarde.
Mapeka intenta organizar a los suyos. El DT arriesgó con sus decisiones y no tuvo recompensa.
El remate de larga distancia, recurso tan poco utilizado hasta la llegada de Platas, que siempre la busca. El domingo estuvo cerca.
Platas y Alcaraz en la deliberación de la pelota parada. Ambos tendrán un discreto papel en el cómputo general.
Empieza la amenaza del tremendo nueve del Bala Azul. El Habibe descarga metralla ante Maylan.
Ginés Guzmán tuvo mucha tarea a lo largo del partido. Nada que hacer y ninguna responsabilidad en los goles.
Duelo de colosos. Alí se encontró con uno de su envergadura que lo superó casi siempre.
Huele a gol en el Playasol. Cabezazo que estuvo cerca de abrir el marcador.
Lo que no conseguía el Bala Azul, lo regaló el Bullense: Aitor cabecea insólitamente hacia su arco y le abre camino al local. 1-0.
Medido festejo del local, seguramente tan sorprendidos como los rojiblancos. El gol cambió la dinámica del partido.
«Juguete» intenta hacer jugar a su equipo pero será en vano: Poquísima elaboración del Bullense en una de sus producciones más pobres.
Aitor en su papel de lateral. Alternó algunas buenas con otras fatídicas. Se fue sustituido y dolido antes del descanso.
Enri vestido de delantero, ante dos centrales que nunca le dieron opción. La fórmula de la semana pasada, ésta vez, no funcionó.
Alcaraz avanza con el balón controlado, en una zona que fue imposible para él.
Mapeka charla con su CT. El técnico movió y removió fichas pero nunca le encontró la vuelta al partido.
Todos meten, todos luchan, en el arranque del segundo tiempo.
Fernando López en la lucha con El-Habibe, que trajo de cabeza a toda la defensa rojiblanca.
Domina El-Habibe en presencia de Maylan y con Oli detrás. Minutos donde el Bullense muestra toda su frustración.
Belló evidenció su falta de rodaje y apenas inquietó el arco de los locales.
La cara de Justin lo dice todo. El Indonesio dejó todo en la cancha, pero nunca pudo lastimar ni ser determinante como acostumbra.
La sangría pudo ser peor, y hubiese sido justa. El 3-0 cantado que evita Ginés Guzmán con un vuelo extraordinario.
Fuego y más fuego en el área de Ginés. El Bullense ya no responde y apenas puede defenderse.
Maylan fue el adalid rojiblanco en busca del milagro, hasta que lo cruzó el duro central africano, que vio la roja directa y quiso pelearse con todo el mundo.
Sacan a Maylan de la cancha tras la brutal patada. El Capitán quedó en veremos en cuanto a su lesión.
Seguro que fuímos varios los que tuvimos pesadillas con él. El Habibe encara ante la marca desesperada de José Sánchez.
La indiscutida figura del partido y un nueve para anotar en la agenda. El Habibe, genio y figura en la victoria de su equipo.
Un último arrebato de orgullo que casi se convierte en el gol de la jornada: Zapatazo de Fernándo López que se fue así de cerca. Fue 2-0 y fin del invicto.