El piberío rojiblanco se puso el mono de trabajo y le ganó a un correoso Beniel. Los de Campoy pagaron caro su único error y después se fajaron para lograr la diferencia. 2-1, y sigue estorbando a los poderosos.
Enorme y elaboradísima victoria del Bullense Juvenil en la soleada tarde del Nicolás de las Peñas. Los de Campoy buscaron su objetivo: superar al Beniel en la cancha y en la tabla, y cumplieron.
No titubeó en el arranque, algo que venía sufriendo en los últimos partidos. Al contrario, se agrandó, se puso el mono de trabajo y comenzó desde bien temprano a cercar la valla visitante. Sin Alejandro Egea en la creación, fue su hermano Antonio quien tomó la batuta. Así, también empezaron a florecer tanto Miguel Espín como Antonio Sánchez, y el fruto no tardó en brotar: Internada del hombre gol, Fran Valera, para definir ante la salida desesperada del arquero.
Duró poco el festejo, porque enseguida llegó un desajuste fatal atrás: Antonio Sánchez cedió un pase que Ginés no pudo dominar, y la pelota le quedó limpita al delantero visitante. Bombazo desde afuera y a cobrar: 1-1.
Pero a diferencia de otros partidos, los de Campoy mantuvieron el tipo e insistieron en buscar la diferencia, gozando de las ocasiones más claras con un mano a mano que repelió el arquero y otra adentro del área que estalló en el travesaño. También el Beniel tuvo la suya, clarísima, que desperdició en el cierre del primer tiempo.
El complemento, parejo, pudo desequilibrarse con el gol del «Dibu» Jiménez, tras un rechace en el larguero, y ese gol empoderó al Bullense para consolidar su juego posicional y, sobre todo, el actitudinal.
La expulsión de Antonio Sánchez fue solventada por Campoy, que tejió dos líneas de cuatro y faenó una gran victoria, ante un rival de su misma altura que hoy quedó un punto abajo.
Se le abre una nueva ventana a éste Bullense. Una más, dado que todos pierden puntos y los resultados rara vez son los esperados. Ahora, deberá trabajar la faceta de visitante, donde ha sufrido severas derrotas que le han impedido estar más prendido en la lucha. Y trabajo es lo que prometen Campoy, Juanan y un grupo que sueña en grande.