El Bullense tuvo que apelar a todos sus recursos para derrotar a un Mar Menor desacomplejado y atrevido. La jerarquía de Piqueras, Alcaraz y Enri Gómez maquillaron un partido de poder a poder que recién se pudo asegurar al final. Fue la 5º victoria al hilo, y la punta luce rojiblanca.
Qué temporada nos espera paisano! Aguante corazón aguante, porque con partidos como el del Domingo quizás necesitemos algún by-pass que nos ayude a contener tantas emociones.
Esa condición de equipo B, que traía el Mar Menor, a más de uno lo dejó confundido al ver a esos aviones azules en la cancha. Éste es el B? Cómo será el A! Lo cierto es que el Mar Menor fue, hasta el día de hoy, el mejor equipo que pasó por el Nicolás de las peñas. Nisiquiera el Abarán o El Algar generaron tanta inquietud en el resultado y en el juego. Digno es, entonces, reconocer el gran rival que enfrentamos y que pudimos batir.
Nisiquiera con el marcador a favor, obra de la «Cobra» Piqueras de penal en los primeros minutos, pudo relajarse el cuadro de Mapeka, exigido por un rival movedizo y picante que puso en jaque el arco del debutante José Gabriel en varias ocasiones.
No amainó el temporal, ni el climático ni el futbolístico, en la segunda parte. Los rojiblancos, sin la frescura a la que nos tiene acostumbrados, tuvo que comerse el sapo del empate, que a esas alturas ya era merecido por el ímpetu del Mar Menor en la búsqueda del gol.
Aparecieron entonces los llamados a aparecer, porque en un escenario como el que se presentó, con un Mar Menor valiente y resuelto a ir a por el partido, era necesario que los jugadores importantes aparecieran. Y así las cosas fueron más fáciles: «Juguete» Alcaraz, que definió el segundo penal de la tarde, además de tomar los hilos del equipo y mostrar el gran momento que atraviesa. La «Cobra», Antonio José Piqueras, que cuando se enciende es imparable y si lo dejás entrar en el rancho te envenena el ganado, como lo hizo en el tercer gol de la noche. Enri Gómez, que justificó el apodo de «Gambetita» con una deliciosa acción y definición para socavar la moral de Mar Menor, envalentonado tras descontar y ponerse 3-2.
El resultado dejó en el aire la alegría de la victoria y la defensa del liderato, pero también cundió un importante aviso que el cuadro de Mapeka no debe subestimar: Su rival, hoy situado a 12 puntos, le cascoteó el rancho y lo dominó en varias fases del partido. Y si el resultado fue tan holgado fue por la pólvora que hay arriba, más que por el dominio desde el juego.
Mensaje recibido. En ésta Preferente cualquiera le gana a cualquiera, por eso ésta victoria, la quinta al hilo y manteniendo el invicto, conlleva un valor agregado: El baño de realidad y la confirmación de que ésta liga Phillips Preferente que nos tiene ahí arriba va a ser apasionante.