Ginés Guzmán ya palpita el debut del Domingo, pero no cae en ansiedades: «Ésto es largo, no hay que obsesionarse». El Meta, uno de los refuerzos importantes del verano, se ilusiona: «Hay plantel para permitirse soñar».
Llegó al club como clavo ardiendo, porque era ese puesto, el de arquero, una de las prioridades resaltadas con rotulador fluorescente a la hora de reforzarse. Su nombre saltó a la palestra desde el comienzo, pero la dirección deportiva rojiblanca fue cauta, serena, a sabiendas que un fichaje hecho se te puede escurrir de las manos como agua hirviendo.
Ginés Guzmán, a sus 24 años, llega al club para subsanar esa carencia, y lo hace contando con toda la confianza de una directiva que ve en él al bastión necesario para el arco rojiblanco: «Me ha sido muy fácil integrarme en el club. Desde el primer momento todos me han hecho sentir como en mi propia casa y eso es de agradecer». El ex-Unión valora el interés del cuerpo técnico para su arribo en Bullas: «El club ha hecho un esfuerzo para confeccionar una plantilla muy competitiva», y se sincera: «Nosotros mismos vamos a ser los que nos marquemos los objetivos a medida que avance el torneo».
Cabe resaltar la madurez que muestra Ginés, que viene de un año no muy feliz para él en la Unión y que quiere reivindicarse como uno de los arqueros importantes de la categoría, sin caer es aspavientos: «Yo sólo pienso en ganarme el puesto en la cancha, y que en cada partido el míster diga mi nombre para defender el arco, para eso trabajo».
Pragmático y con los pies en la tierra, Ginés solo piensa en una cosa: «Disfrutar, sobre todo disfrutar, porque las cosas buenas llegan cuando uno disfruta con el trabajo que hace».
Habemus arquero