El Bullense juvenil volvió a la victoria y dejó atrás la derrota ante el Ranero. Cehegín le plantó cara en la primera parte, pero terminó siendo un juguete en manos de los muchachos de Campoy. Fue 3-0.
Era una incógnita saber con qué Bullense nos íbamos a encontrar en ésta húmeda tarde de Miércoles. El Juvenil que pecó ante el Ranero y terminó goleado o el que asomó allá por Pliego, ordenado y persistente.
Puede decirse que no fue ninguna de las dos. Hoy los de Campoy saltaron decididos a buscar un partido que de entrada se sabía accesible. Los muchachos de Cehegín bancaron bien gran parte de la primera etapa, sofocando incendios en la zona creativa e impidiéndole al Bullense acercarse al área con peligro. Pero duró poco.
Dos golpazos certeros, a poco de finalizar el primer tiempo, (Gran cabezazo de Gumer y una viveza de Antonio) declinaron la balanza y fueron devastadores para los visitantes, que se pasaron todo el complemento agazapados, incapaces de generar juego y corriendo siempre detrás de los rojiblancos (Hoy nuevamente rojos como diablos).
Tal como el gato y un ovillo de lana, el Bullense jugó cómodo, abrió la cancha e hizo lo que quiso con un rival que apenas puso resistencia y que soportó un asedio durante toda la segunda parte.
El tercero? Una joyita para galería: Antonio, de gran presente, sacó un corner y la mandó directamente al primer palo. La floja respuesta del meta ceheginero hizo el resto. 3-0, partido sellado.
Ahora, buscará dar la sorpresa y traerse la Copa Noroeste.