Bajo un aguacero el Bullense logró su tercera victoria de la pretemporada, ésta vez imponiéndose al Juvenil de Lorquí (3-2). Tremenda tarea del equipo, que supo apretar en los momentos justos. El «Pájaro» Adrián López fue figura. Ahora, la copa.
Casi idílico podría definirse el marco del Nicolás de las peñas en la noche de ayer. Las anunciadas lluvias descargaron de lo lindo y le dieron ese tinte heroico a la trabajadísima victoria del Bullense, 3-2, sobre los voluntariosos juveniles de Lorquí.
Empieza a verse la mano del DT, en un Bullense que sin descollar está cerrando una gran pretemporada: Sólo cedió en su debut ante el Real Murcia(0-3). Desde entonces, tres victorias y tres empates, mostrando una evolución muy favorable que lo ubica a día de hoy como un equipo difícil de batir.
Ayer mostró su capacidad de generación, algo que venía adoleciendo. Los rojiblancos salieron decididos a por su rival, adelantando líneas y con mucha movilidad y frescura en mitad de cancha. Fue la «Cobra» Piqueras quien se aprovechó de un error del meta para abrir el marcador, y fue aquí cuando comenzó a llover de forma copiosa y el juego se volvió más desordenado y vertiginoso, factor que aprovecharon los jóvenes de Lorquí para empatar.
Era de esperar una reacción, y por suerte no tardó en llegar: el «Pájaro» Adrián López aprovechó una gran combinación colectiva para definir ante el arquero y tomar ventaja. Fue una noche importante para el delantero de Mula: Mostró su mejor cara en el extremo diestro, se dejó el alma en cada pelota y para ponerle moño a su noche armó una jugada de Crack para regalarle a Juanfran el 3-1, ya mediado el complemento.
El descuento de la visita (De tiro libre directo) fue un mero detalle, en una victoria más que merecida para los de Mapeka, por juego, por goles, por eficacia, y sobre todo por nunca dejar de buscar. Ahora se viene la Copa Noroeste, ideal para afianzar la idea, llenarse de confianza y poner al Cieza en la mira.