Dolor y Gloria

El Bullense cumplió con su cometido: Derrotó al Esparragal en el Nicolás de Las peñas, está matemáticamente clasificado al Play Off y sigue a tres puntos del puntero. Sufrió, pero terminó festejando.

El Bullense sigue redactando su página de gloria en ésta Phillips preferente, después de su séptima victoria consecutiva y de entrar, de forma matemática, en el Play Off de ascenso.

Tamaño logro debe ser atendido con suma atención, porque nada es lo que parece en éste torneo, y esas figuras fantasmagóricas, que merodean el descenso tienen la capacidad de arruinarle los planes al más gallito. Pero éste equipo de Mapeka parece sobreponerse a todo, incluso en sus tardes menos lúcidas, como fue la del domingo.

El Esparragal, en terapia intensiva, llegó desenfadado al Nicolás de las peñas, a sabiendas de sus necesidades y sus urgencias. Contra ésto, el Bullense, enfrascado en su empresa titánica por la punta del campeonato, precisaba ganar para no darle margen a Racing y seguir perturbando el sueño de David Vidal.

El arranque fue tentador, porque los rojiblancos se adueñaron de la pelota y les bastó unos minutos para plantar a Enri Gómez en la puerta del gol. El remate de «Gambetita» fue repelido por el meta, pero al hincha rojiblanco se le empezó a hacer agua la boca desde bien temprano.

Ni a Berlanga se le hubiera ocurrido un guion como el que se dio entonces, porque el Bullense bajó las pulsaciones de forma alarmante y dejó crecer a un Esparragal que, si bien escasea de recursos, sacó corazón para llenarle la cabeza de dudas al fondo rojiblanco, gozando de ocasiones claras para hacer de la moqueta del Nicolás, un prado de incertidumbre.

Apareció entonces el que nos redime últimamente: «Juguete» Alcaraz, que galvanizó el partido definiendo casi debajo del arco, tras una buena acción de «Panchito» Villa.

El gol, a 5´del final del PT, y la entrada de Eloy Jiménez para el segundo, dio alas al equipo para reconducir una situación que trajo fastidio a la parcialidad rojiblanca, ávida de emociones fuertes y que pedía a gritos una jugadita, una sociedad, para abrir fauces y cerrar el timorato resultado.

Fue el propio Eloy quien protagonizó las mejores acciones de su equipo, que sin ser descollantes, pudieron cerrar un resultado que se vio severamente amenazado poco después.

Con el 1-0 en el marcador, cediendo espacios a su rival en un insólito escenario de zozobra, Mapeka arriesgó retirando a Pedri Villa y situando en la punta a Enri Gómez. Así, los rojiblancos perdieron fuelle por el único costado que hurgaban en la herida del Esparragal.

El agite del hincha no tardó en manifestarse: Ginés Guzmán comete penal y el empate queda servido para David Gimeno. Sólo la diosa fortuna pudo enviar ese remate a un metro del palo, con un Ginés jugado al costado contrario.

Así, con el alma en vilo y los corazones en un puño, se llegó al final y un enorme suspiro sacudió el Nicolás de las peñas. El hincha, paladar negro, palió la angustia vivida mirando la tabla de posiciones, palpando en sus pupilas gustativas el soñado ascenso, hoy más cerca que ayer.

La data, dama anarquista que baila sola entre la alegría y la angustia, arroja conclusiones demoledoras. Los de Mapeka toman cinco puntos de ventaja a la única amenaza que queda en el camino hacia tercera: Abarán. ¿Y saben a quien enfrentamos el próximo domingo? Acertó!

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El once de Mapeka en la tarde de domingo: Arriba, de izq a der: Pedri Villa, Belló, Ismael Molina, José Sánchez, Aitor Gil y Ginés Guzmán. Abajo, de izq a der: Oli, Enri Gómez, Sergio Alcaraz, Fernando López y Jesús Palazón.
Primeros instantes del partido, con un Bullense que busca hacerse dominador de la cancha.
La primera del Bullense: Enri Gómez remata y rubén Muñoz alcanza a despejar. Los de Mapeka arrancaron envalentonados.
Ginés Guzmán se prepara para la salida del córner. El arquero tendrá una tarde movidita.
Sandi Baradji remata en el área. El Esparragal empieza a animarse ante la pasividad rojiblanca.
Toca Oli en la mitad de la cancha. Al ex-Muleño no le resultó fácil hacerse con los hilos conductores de su equipo.
Aparece «Gambetita», sin dudas el hombre más peligroso del Bullense en el partido.
José Sánchez, siempre cumplidor en su faceta defensiva y en su liderazgo.
Jesús Palazón corta el ataque rival. El «Rayo» será uno de los mejores de la tarde, siempre inquieto, siempre incisivo.
El Bullense no domina y a punto está de costarle un disgusto. Aquí otra muy clara que se va por arriba ante la incredulidad de los visitantes.
Belló fue la sorpresa en el once de Mapeka. Como siempre, intentó desde lejos y después retrocedió su posición. Se fue sustituido en el descanso.
Una tras otra, las ocasiones amenazan la valla de Ginés Guzmán. El Bullense no se hace con el control del juego y tiene sofocos permanentes.
Enri en plena internada. El hábil extramo rojiblanco trajo de cabeza a sus marcadores.
«Panchito» Villa tuvo que trabajar doblemente para intentar abrir espacios ante una numerosa defensa.
Pedri Villa, en el reclamo tras un choque a las puertas del área. No le fue fácil al goleador, que apenas dispuso de ocasiones claras, pero que será decisivo en la apertura del marcador.
Inquieto Mapeka, con su equipo que no termina de arrancar y con un Esparragal que amenaza constantemente.
«Juguete» Alcaraz, de los pocos que paran la pelota,piensan y ejecutan. Otro buen partido del gran jugador rojiblanco, que pasa por un momento formidable.
Llega el gol. Sergio Alcaraz captura el envio de Pedri Villa y, debajo del arco, pone el 1-0 en el marcador.
El abrazo ganador. El grito, la euforia. Los de Mapeka se adelantan en el marcador.
En plena vorágine, a punto está Sergio Alcaraz de poner el segundo de cabeza.
Busca por arriba «Panchito» Villa. Aquí le anticipa el buen arquero del Esparragal, Rubén Muñoz.
Duelo de catorces. David Gimerno, que vistió la camiseta suplente del Bullense por capricho del trío arbitral, frente al «Pulpo» Molina.
Lo marcan de cerca al pistolero rojiblanco, a sabiendas de que Pedri Villa precisa un sólo metro para liquidar.
Choto ingresó en el complemento y le dio profundidad al costado derecho.
Pedri Villa lucha por llevarse la pelota, ante el anticipo del rival.
Eloy volvió tras su lesión y trajo aire fresco al juego del equipo. Aquí se la pica al arquero pero la pelota se irá muy cerquita. Por fin está de vuelta, el termómetro rojiblanco.
Dispara Pedri Villa, que busca su gol sin acierto.
Generoso Eloy Jiménez, que trabaja tanto en ataque como en la contención.
Linda estampa la de la Visera rojiblanca, que volvió a llenarse.
Ginés, siempre Ginés, imponiéndose en el juego aereo ante la arremetida de Sandi Baradji.
Aparece Enri Gómez por su costado. En el complemento perdió fuelle, más cuando se ubicó en punta.
Misma historia, mismo desenlace. Ginés Guzmán domina los cielos del área rojiblanca.
Los de Mapeka también buscan en el juego aéreo. Aquó Aitor peina pero la jugada quedará en nada.
Aparece Eloy Jiménez en ataque, buscando conectar un centro que llueve sobre el área rival.
Choto llega hasta el fondo, en los minutos donde el Bullense parece que puede sentenciar la historia.
Mapeka sustituye a Pedri Villa por Yordy Tafur. Polémica decisión que desató el runrun en la parcialidad rojiblanca.
Eloy atrapado en la esquina. Sólo su genio será capaz de salir de esa situación con un caño y los aplausos.
El Bullense pisa área pero no logra quedar de cara al arco defendido por Rubén Muñoz.
«Gambetita» intenta escapar de su marca. Enri quedó opacado en la punta de ataque.
Llega la jugada crucial. Penal a poco del final, que David Gimeno lanza afuera. Respiró todo el estadio.
Valiente el Esparragal, que busca el empate con mas voluntad que claridad.
Mapeka enfrascado en mantener una victoria, que por momentos se tambalea,
La pelota siempre al 22. «Juguete», que la cuida y la mima como nadie.
Contra mortal de Alcaraz que solo puede interceptarse con falta, en los angustiantes minutos finales.
Últimos intentos del Esparragal, que ve la posibilidad del empate y perpetúa su insistencia.
Pitido final y alivio para la parcialidad local, que sufrió más de la cuenta.
El aplauso de los jugadores ante un público que sueña en grande.